¿En algún momento te has preguntado qué es la asertividad y cómo podemos mejorarla? La comunicación asertiva puede convertirse en la base de una relación sana, con dinámicas positivas y alejarnos de las tóxicas. ¿Quieres saber más?
Qué es la asertividad
La asertividad o comunicación asertiva es la capacidad de comunicar nuestros pensamientos, emociones, opiniones, etc, de forma sincera, adecuada, y respetuosa tanto para uno mismo como para los demás.
Este concepto está muy ligado a la inteligencia emocional, que se define como la capacidad de una persona para reconocer las emociones, ya sean propias o ajenas, y saber identificarlas correctamente, además de saber usarlas/modificarlas para adaptarse y/o conseguir alguna meta.
La asertividad es uno de los estilos de comunicación (los otros son agresivo, pasivo, y pasivo-agresivo). Es el único estilo de comunicación en el que se respetan los deseos propios y ajenos, así como las emociones. Prima el razonamiento, el diálogo respetuoso pero, sobre todo, la empatía.
La comunicación asertiva también nos ayuda a esclarecer unos límites en nuestras relaciones. Es un aspecto muy positivo para las personas que no saben decir no, por ejemplo.
Sus beneficios
¿Pensabas que la comunicación asertiva solo era un estilo y que no podría darte beneficios? ¡Te equivocabas! Basar tus relaciones en este modelo va a traer consecuencias muy positivas para ti, y también para tus relaciones (no solo las afectivas, sino cualquier tipo de relación que mantengas con otra persona).
Entre sus beneficios podremos encontrar que tu confianza en ti mismo empezará a crecer. Es de lógica, teniendo en cuenta que ganaremos control tanto en nosotros mismos como en al ambiente que nos rodea, ¿no?
Los conflictos ya no te volverán a parecer una situación tan tremenda. Aprenderás a gestionar tus emociones y a atender la de los demás, así como a comunicarte de forma efectiva y, claro, contagiar a que el resto lo haga de la misma forma. Esto refuerza nuestra autoestima de una forma muy eficaz.
Podremos olvidarnos de sentirnos culpable tan a menudo. Aprenderemos a decir no, pero de una forma responsable y consciente.
Mejorar la comunicación asertiva
Hasta ahora, seguro que la comunicación asertiva te ha parecido un concepto muy atractivo y que todo el mundo debería poner en práctica. Pero, ¿cómo se hace eso? ¿Cómo se mejora la asertividad? ¿Cómo empezamos a hacer que en nuestra comunicación se le dé más importancia al respeto (ajeno y propio) y a la igualdad?
En Arvum Psicología queremos darte algunos consejos para mejorar la asertividad y empezar a ponerlo en práctica:
- Sé concreto. Cuando comuniques qué es lo que necesitas, qué es lo que te ha molestado o cualquier cosa que haya ocurrido, trata de dar detalles acerca de lo ocurrido. Esto acercará a las personas a conocer la realidad por la que has pasado. Cuando sea otra la persona que se comunique, trata de conocer todos los detalles para poder acercarte a su realidad.
- Evita los juicios. Trata de exponer siempre los hechos, y evita hacer juicios o calificaciones personales.
- Expresa tus emociones de forma sincera pero atendiendo a lo que puedes provocar en los demás. A veces es difícil no hacer daño al comunicar situaciones difíciles, pero puedes intentarlo expresándote de la forma en la que te gustaría que te lo dijeran a ti. Recuerda: sinceridad, respeto y empatía.
- Intenta comprender tus emociones y las de los demás. Si te resulta complicado entender por qué las otras personas han sentido en determinadas ocasiones, pregunta y trata de que te den detalles sobre ellas. Ya solo el hecho de estar interesándote por esas emociones, hará sentir validada a la persona y verá que sientes interés en ella.
- Los discursos impersonales no son una buena idea. Intenta siempre hablar desde el “yo”, y evitar dar por hecho las emociones o las circunstancias de los demás.
- Mantener la conversación siempre de igual a igual. Debemos darnos cuenta de que si adoptamos una posición “más alta” que la otra persona, puede hacer que tendamos a la agresividad. O a la sumisión y pasividad si adoptamos una postura “inferior”.